Desde hace varios años, en Europa se puso en marcha un sistema que prioriza reducir, reciclar y reutilizar en lugar de usar y desechar…
Desde hace varios años, en Europa se puso en marcha un sistema que prioriza reducir, reciclar y reutilizar en lugar de usar y desechar: son los primeros grandes pasos hacia la economía circular
Lo que se tiene que hacer está claro, se tiene que cambiar el modelo de usar y desechar a uno de reciclar y reutilizar. Lo que aún no se tiene con mucha claridad es el cómo se tiene que hacer. Si bien no es algo que cambie de un momento a otro, la transición a un sistema sostenible puede ser muy sencilla con todos los actores sociales en una misma sintonía: salvar al planeta. En ese sentido, algunas universidades ya están dando varios pasos para adelante. Y no sólo el sector educativo, grandes partes de las empresas y ciudadanos de la Unión Europea están siguiendo ese mismo camino para adoptar el modelo de Economía Circular, el cual se está consolidando como la única opción de modelo económico a seguir.
Las Universidades Ponen el Ejemplo
La Universidad de Burgos ha creado este año la primera titulación oficial sobre economía circular en España. Los 60 créditos del máster buscan formar a un líder que plantee una estrategia completa en el mundo de la empresa. “Lo que no se puede hacer es cerrar una fábrica y despedir a los empleados para poner en marcha un modelo basado en la economía circular”, afirma David Blanco, el coordinador de la titulación. “No podemos dejar a nadie atrás en esta transición”, apunta Verónica López, consultora de economía aplicada de Analistas Financieros Internacionales (AFI), en referencia a los sectores más vulnerables: ciudadanos con rentas bajas, alejados geográficamente o de sectores susceptibles de desaparecer o sufrir cambios radicales.
No se Puede Empezar de Cero, Sino Con Lo Que se Tiene
El viraje de la nave ya no se puede detener. “No es que la economía circular pueda convertirse en un modelo económico, es que no hay otra opción”, añade Blanco, que coordina a los 17 alumnos de la primera promoción del curso. “El cambio se tiene que producir sí o sí. Pero debemos fijar objetivos a corto o medio plazo alcanzables”, asegura. Estas metas pasan por aceptar que hay un modelo existente que no hay que erradicar, sino transformar. “Las empresas cuentan con unas instalaciones e infraestructuras determinadas. No se puede echar el cierre a la planta”, ilustra el docente, que establece otra analogía de gran escala. “Sucede lo mismo con las ciudades. No las podemos tirar y construirlas de nuevo. Nos tenemos que adaptar a lo que tenemos”.
Todos los actores sociales tendríamos que estar en una misma sintonía. Y por ahí es donde se tendría que empezar.